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By Yesenia Robles, Chalkbeat | Read in English
Los hijos de Azucena Rubio a menudo se quejaban de la comida que ofrecen las escuelas de Jeffco.
Su hija que va a la primaria ha dicho que la comida estaba fría, hasta a veces congelada, y que no tenía sabor. Por ese motivo, a menudo se saltaba el almuerzo. En cuanto a su hijo, que ahora tiene 16 años, contó que salía de su escuela para comprar bocadillos en la gasolinera local y frecuentemente volvía tarde a clase.
Así que, cuando se enteró de que el distrito estaba trabajando con un grupo de padres para mejorar el menú escolar, decidió unirse.
Durante los últimos dos años, más de dos docenas de padres y personal del distrito han trabajado para idear nuevas recetas. Con el objetivo de hacerlas más saludables y culturalmente pertinentes para la gran población latina que acude a las escuelas de Edgewater en Jeffco, en el límite occidental cerca de Denver.
Este otoño, el distrito ha comenzado a servir 15 recetas nuevas en tres escuelas de Edgewater, donde se incluyen las que enviaron los padres. En el caso de Rubio, por ejemplo, presentó una receta de enchiladas y otra de arroz frito, que tomó de un libro de nutrición que utiliza para las clases de salud en las que enseña.
Entre las otras recetas que se implementarán, se incluye: un bowl de fajitas de pollo, tacos de carnitas de cerdo y quesadillas de pollo con queso.
Cuando el distrito preparó las recetas por primera vez para que los padres pudieran probar los sabores, la comida fue extraordinaria, dijo Rubio. Sin embargo, en las escuelas no ha sido de la misma calidad, según informan sus hijos.
“Está mejorando, veo que le están echando ganas, parece que sí va progresando, lento, pero sí”, dijo Rubio. Al menos su hijo ya no sale de la escuela con tanta frecuencia.
De las 27 recetas enviadas por los padres, se seleccionaron las 15 mejores. Luego, el distrito se encargó de evaluar cada una y determinar varios factores, como la viabilidad de producirlas en grandes cantidades, cuales podrían ser modificadas para que cumplan con las pautas nutricionales federales para las comidas escolares, la disponibilidad de los ingredientes necesarios para cada plato y el equipamiento de las cocinas del distrito.
“Es importante cuidar la salud de los niños”, dijo Rubio. “Si esa comida es congelada y procesada y no son comidas saludables, perjudica la salud de nuestros hijos”.
Emergen desafíos logísticos y de comunicación
Los funcionarios del distrito aseguran que su objetivo es atender a la comunidad y, al mismo tiempo, buscar formas de aumentar la práctica de la cocina desde cero rápida. Esta es una alternativa simplificada de cocinar desde cero que se adapta al diseño del menú de comidas escolares, centrándose en la incorporación de ingredientes frescos.
No obstante, mientras trabajaban con las familias en la planificación del menú y comenzaban a probar algunas recetas el año pasado, surgieron varios desafíos.
Algunos problemas están vinculados a la comunicación entre las familias y el distrito escolar. En la segunda mitad del año pasado, el distrito contrató a un facilitador para coordinar las reuniones con las familias y fortalecer la confianza.
Muchas familias sienten que no se les escuchaba y que el distrito no les informaba sobre por qué ciertos alimentos no podían considerarse opciones para el menú, ni el motivo por el cual algunos equipos de cocina no estaban en uso. Los funcionarios de nutrición escolar estaban preocupados porque las familias no habían comprendido las pautas con las que debían trabajar.
Luego surgieron algunos desafíos logísticos. Por ejemplo, el bowl de pollo se servía con todos los ingredientes, como queso y lechuga, por separado, para que los niños con alergias pudieran comer. Sin embargo, esto resultó ser un inconveniente para los niños más pequeños.
“Los niños no saben que tienen que mezclar los ingredientes, no comprenden que es un bowl de pollo”, dijo Tara Peña, jefa de asociaciones familiares y comunitarias de Jeffco, quien ayudó a liderar el programa piloto.
También hay preguntas con respecto a los costos.
El año pasado, se realizaron pruebas al servir el nuevo menú una vez a la semana en Edgewater Elementary, Lumberg Elementary y Jefferson Junior/Senior High. En total, estas tres escuelas sirven un promedio de alrededor de 814 comidas al día. Sin embargo, el distrito no registró los costos por comida.
Un costo potencial es el personal adicional requerido para el servicio del almuerzo. Las tres escuelas piloto cuentan con un miembro extra del personal en comparación con otras escuelas que sirven un número similar de comidas diarias.
Otro problema potencialmente costoso a la hora de pensar en llevarlo a las demás escuelas, es el espacio. Algunas cocinas escolares tienen más capacidad para preparar comidas desde cero rápidas que otras. El distrito dispone de una cocina central improvisada, pero no es lo suficientemente grande para gestionar la preparación de comidas para todas las escuelas del distrito.
“Esto genera disparidades en el tipo de comidas desde cero qué se pueden ofrecer en las distintas escuelas”, comentó la superintendente Tracy Dorland al consejo escolar el mes pasado. Afirmó que construir una cocina central más grande, como están haciendo otros distritos, podría ser la solución, aunque sería costosa.
Los miembros de la junta de Jeffco que recibieron una actualización sobre el programa piloto también preguntaron sobre la sostenibilidad y si hay planes de expandirse a otras escuelas.
“¿Cómo podemos ampliar el concepto de sensibilidad cultural?” preguntó la miembro de la junta, Danielle Varda. “Las comidas que están preparando ahora pueden no ser atractivas para los padres y familias de muchas otras escuelas. Entonces, ¿cómo podemos expandir lo que estamos haciendo en estas tres escuelas y tienen que adaptarse estos enfoques culturalmente sensibles para las distintas escuelas del distrito?”
Los líderes del distrito indicaron que aún están trabajando en la respuesta.
“Fue un llamado a la acción para esa comunidad, y tienes toda la razón: tal vez no es apropiado asumir que lo que esta comunidad necesita y desea para sus hijos y familias sea igual de adecuado o necesario en otra”, afirmó Peña.
Los padres aseguran que contar con más opciones en más escuelas es mejor
En las Escuelas Públicas de Aurora, que es uno de los distritos más diversos del estado, los líderes comenzaron a incorporar comidas culturalmente variadas, tales como pollo tikka masala, empanadas y pupusas, desde el 2015. Las comidas se sirven en todas las escuelas, garantizando siempre al menos cuatro o cinco opciones distintas. Aunque el distrito no ofrece platos certificados como halal o kosher, busca proporcionar alternativas que sean naturalmente halal, como las lentejas.
“Siempre habrá una opción para quienes son vegetarianos o no comen cerdo”, dijo James Lesley, subdirector de apoyo y cumplimiento en los servicios de nutrición de las escuelas de Aurora. “Sabemos que los estudiantes desean tener opciones. Al ofrecer más alternativas, simplemente beneficiamos a todos”.
Durante la pandemia de COVID, algunas opciones de comida dejaron de ofrecerse debido a problemas de suministro con los proveedores, sin embargo el distrito está trabajando para volver a incorporarlas. En una reciente feria de alimentos donde las familias votaron por nuevas opciones, el distrito de Aurora observó que estaban especialmente entusiasmadas por la reintroducción de las pupusas.
Las familias también dieron una alta calificación al guacamole y a una bebida similar a la bebida rosada de Starbucks, pero que cumple con los estándares de nutrición escolar. La bebida rosada podría ofrecerse como un detalle especial en el Día de San Valentín.
En Jeffco, Rubio señaló que el deseo de ofrecer comidas más saludables para todos los estudiantes se basa en la necesidad de defender a aquellos que pueden no contar con las mejores condiciones en casa.
“Pagamos taxes y las escuelas tienen el dinero”, dijo Rubio. “Yo creo que nuestros hijos merecen comidas más saludables. No todos los padres sabemos o tenemos los ingresos para mandar a nuestros hijos con comida todos los días”.
Brisneida Barrueta, quien llegó a Colorado desde Venezuela en diciembre, vive con su esposo y sus dos hijas en Jeffco. Barrueta también se unió al grupo de padres que trabaja en el programa piloto tras darse cuenta de que sus hijas se negaban a comer sus almuerzos escolares.
Barrueta mencionó que tiene dificultades para preparar las comidas escolares todos los días. A veces es porque, como madre trabajadora, dispone de poco tiempo; otras veces, es porque su familia no tiene suficiente comida en casa.
“Como inmigrante uno no cuenta con todo lo necesario que ellos necesitan para comer,” dijo Barrueta. “Nosotros hemos tenido que batallar mucho.”
Barrueta envió varias recetas, incluida la de pollo al horno con papas, un plato que solía preparar en Venezuela y que está siendo probado en el programa piloto. Ella dijo que a sus hijas definitivamente les gusta, pero que siguen siendo exigentes con otras comidas. Aunque el menú sea similar a algo que les agrada, comentó que por lo general se prepara de manera diferente, o con otros ingredientes.
Expresó que si el menú escolar fuera más saludable y sus hijas tuvieran la oportunidad de comerlo, “sería de gran ayuda”.
Traducido por Flavia Melisa Franco
Yesenia Robles es una reportera para Chalkbeat Colorado que cubre distritos escolares de kindergarten a 12º grado y la educación multilingüe. Comunícate con Yesenia por correo electrónico a [email protected].